He estado esperado poder ver una exposición como esta desde…siempre!
Fue una gran oportunidad poder ver de cerca todos estas preciosas pinturas al pastel, tan bellamente expuestas, todas juntas en un mismo lugar; La Casa Garriga Nogues de Barcelona. Una selección de docenas de trabajos diferentes; piezas originales de artistas de los últimos dos siglos, desde Renoir y Dégas, a Millet, Maru Cassat, Paul Cesar Helleu o Bldini entre otros, y también, ver tan diferentes acercamientos a esta técnica, que me sentí francamente emocionada y conmovida, todo al mismo tiempo.
Dado que no soy curadora o historiadora del arte, decidí incluir los textos originales de esta exposición. Creo que es un acercamiento muy interesante a este maravilloso medio, y una manera de repensar en cierto modo el pastel…
Hacia mediados del siglo XVIII, en una amable comedia de la época, Le Retour de l´ombre de Molière del Abate de Voisenon, un personaje se pregunta:
¿Crees tu que un Miguel Ángel o un Rafal, un Tiziano o un Veronés deben situar en lugar inmortal los cuadros de un pintor en Pastel?
Nuestra Mirada hoy está acostumbrada a todas las audacias, todas las libertades, todas las despreocupadas mezclas de técnicas y materiales, y solo vemos en el pastel un medio como otro cualquiera, ni más, ni menos legítimo que la tempera, el oleo o la acuarela.
Pensamos que la decisión de recurrir a una u otra técnica únicamente es fruto del libre albedrío del artista, olvidando demasiado deprisa que existió, – que aún existe, si bien en mucha menor medida – una jerarquía de las técnicas, como existió durante mucho tiempo una jerarquía de los temas. Toda la historia del pastel está profundamente marcada por ese linaje que determina tanto nuestro juicio como la decisión de los artistas de utilizar, o no, este medio.
Por ello, esta exposición se propone analizar el lugar del pastel frente a la venerable pintura al oleo, así como las razones que llevaron a diversos artistas de los siglos XIX y XX a recurrir a este medio para reivindicarlo. Sin ánimo exhaustivo, pero desde una perspectiva internacional, la muestra pone de relieve los principales momento y las máximas figuras del renacimiento del pastel en al primera modernidad, un momento que convirtió esta técnica en un arte por derecho propio.
Philippe Saunier, Comisario de la Exposición
¿Un arte femenino?
En el imaginario colectivo, el pastel es un arte asociado de manera intrínseca y algo apresurada al trabajo de las mujeres artista. De hecho, su práctica trajo desde el siglo XVIII a diversas creadoras, con Rosalba Carriera a la cabeza, en parte porque saben que les resultará difícil imponerse en las disciplinas reinas. En cambio, no se les discutirá la elección del pastel, el medio mas económico y menos engorroso que otros considerados “mayores”.
Sin abstenerse de practicar la pintura al oleo, numerosas mujeres tienen excepcionales carreras como pastelistas: la belga Berthe Art participa en la fundación del Círculo de Acuarelistas y Pastelistas de Bélgica; su compatriota Louise De Hem obtiene en 1901 una Medalla de Oro en el salón de París; por su parte, la estadounidense Mary Cassat, pronto toma conciencia del valor que tiene este medio y sus pasteles de trazos vigorosos y audaces coloridos modernizan el género del retrato y el motive recurrente de la maternidad.
Durante mucho tiempo, el recurso al pastel pudo pasar como una elección por defecto, hasta el gran auge que vive en 1880. Sin embargo la fuerza de los prejuicios hará que siendo durante todo el siglo, refugio de temas convencionales y agradable, donde la mujer cobra el papel opuesto al citado, es decir, el de modelo.
En ese momento proliferan retratos femeninos donde la ociosidad de las ocupaciones (como vemos en Mujer con Perro de Charles Léandre o en El gato negrode Louise De Hem) rivaliza con las elegantes poses y los lujosos atuendos con los cuales la burguesía juega a emular a la nobleza idealizada.