En el “Corazón Ocre” de Provence, Roussillon, Part 2

Después de visitar las minas, tomamos el coche y no muy lejos, a solo dos kilómetros, encontramos la antigua Fábrica de Mathieu. Una antigua fábrica de ocres que producía cerca de 1.000 toneladas de material al año, hasta 1963. Fue abandonada durante muchos años hasta que Barbara y Mathieu Barrois descubrieron el lugar, se enamoraron y decidieron rescatarlo …

Luego se convirtió en una sociedad cooperativa de interés cultural y patrimonial con el nombre de “Ôkhra, Conservatorio de ocre y color”. Un lugar donde la historia está expuesta a los visitantes. Donde el conocimiento sobre los colores también se imparte a través de numerosos cursos de formación.

En el centro de capacitación en artes, se pone mucho énfasis en la transmisión de conocimientos, tanto actuales como antiguos. En la comprensión de los materiales y cómo se utilizan de forma artesanal. En un entorno privilegiado y con el apoyo de profesionales y maestros en técnicas antiguas como Pastel, Barniz, Oleo o Tempera, entramos en un mundo de descubrimiento, en el que materiales como el fresco, el papel hecho a mano, la cal, el yeso, etc. toman vida de nuevo. Cada año, se celebran talleres de formación muy interesantes! ¡Hay actividades y todo tipo de “Ateliers” para adultos y también para niños!

Esta antigua fábrica ocre, producía cerca de 1.000 toneladas de material al año, hasta 1963. Fue abandonada durante muchos años hasta que Barbara y Mathieu Barrois descubrieron el lugar, se enamoraron y decidieron rescatarlo. Se mantienen lugares como el horno, las salas de proceso, las antiguas piscinas, etc.

En 1942, la familia Mathieu posee dos canteras en Roussillon, una parcialmente subterránea, en Pierroux, mientras que la otra es una mina a cielo abierto cerca de la Fábrica, al otro lado de la carretera. La mezcla de arena y ocre se entrega a la fábrica en camiónes y allí se procesa el material…

El ocre fera aplastado, molido y tamizado. Para empacar el ocre correctamente, los barriles se presionaban tres veces. Cada barril pesaba entre 50 y 250 Kg. El nombre del cliente, el destino y la calidad del ocre estaban impresos en cada barril.

Podemos visitar la antigua fábrica para ver cómo se realizó todo el proceso de producción hace años, en salas que miran directamente al pasado. De alguna manera, es como estar dentro de una imagen antigua hace un siglo o viajar al pasado …