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Pastel painting exhibition; “Touching the color, The renewal of Pastel” (3)

El Impresionismo, un renacer

Entre los artistas célebres por su uso del pastel, se incluye a menudo a los impresionistas. Este material cómodo, que permite un trabajo rápido y al aire libre, es del todo compatible con su estética. Sin embargo, los impresionistas mas apasionados del pastel tienen una verdadera predilección por la representación de la figura humana.

Edgar Degas 1834-1917, “Después del Baño”, 1893, ©photo by Bogra art studio, 2019

Edgar Degas 1834-1917, “Despues del Baño” detalle, 1893, ©photo by Bogra art studio, 2019

Edgar Degas 1834-1917, “Despues del Baño” detalle, 1893, ©photo by Bogra art studio, 2019

Ocurre con un artista que mantiene una relación tangencial con esta tendencia: Giuseppe De Nittis, cuyas elegantes escenas bañadas por la luz de un jardín soleado o bajo el cielo gris de un parquet otoñal cosechan gran éxito y arramblan con todos los honores ante las narices de sus amigos impresionistas.

Edgar Degas (1834-1917) “Nelly Infeliz”, 1885, ©photo by Bogra art studio, 2019

Edgar Dégas también explora la vida moderna (escenas de café-teatro, ballets en la Opera, planchadoras, etc…) pero sin conocer el mismo éxito.

Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), “Niño con Manzana o Gabrielle, Jean Renoir y Pequeña niña”, ©photo by Bogra art studio, 2019

“Niño con Manzana o Gabrielle, Jean Renoir y Pequeña niña”, ©photo by Bogra

Herido en lo mas vivo responderá a su colega italiano, ya fallecido, con su famosa serie de desnudos femeninos, cuya trivialidad se opone a la apuesta por la elegancia que otorgó tanto éxito a De Nittis. Esta utilización del pastel es mucho mas transgresora e ilustra a la perfección el famoso adagio de Dégas: “La gracia está en lo común”.

Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), “El Palco” 1879, ©photo by Bogra art studio

Toma alguna vez los pasteles para ejecutar con mano ágil efigies cargadas de encanto. Renoir, cuya pasion por el siglo XVIII es notoria, reencuentra con este medio la alegría de sus ilustres precursores, que, al igual que él, manejaban los pasteles con aparente desenvoltura.

Henry Tonks (1862-1937), “El Baño”, 1914, ©photo by Bogra 2019

Henry Tonks (1862-1937), “El Baño” detalle, 1914, ©photo by Bogra 2019

El Siglo XX: Del símbolo al gesto.

La aplicación del pastel en los inicios del siglo XX no puede entenderse sin el magisterio de Odilon Redon ni sin esa espiritualidad difusa del tardosimblismo de la que surge parte del lenguaje de las vanguardias: Joseph stella, el primer Theo van Doesburg, Otto Freundlich o Joaquim Mir muestran cómo el lenguaje transnacional del fin de siglo se asienta en el pastel y anuncia la abstracción.

Odilon Redon (1840-1916) “Flores”, 1909, photo by ©Bogra art studio, 2019

Odilon Redon (1840-1916) “Flores”, 1909, photo by ©Bogra art studio, 2019

Odilon Redon (1840-1916) “Flores”, 1909, photo by ©Bogra art studio, 2019

Estos creadores se distancian del debate sobre la jerarquía de las técnicas: el pastel no está revestido de mayor ni menor nobleza, sencillamente facilita la enunciación de un mensaje determinado.

Joaquim Mir (1873-1940), “Paisaje” 1900-1903, photo by ©photo by Bogra art studio, 2019

Ese es el sentido que cobra en las obras del Pablo Picasso clásico, como Estudio de manos, o el de Pablo Gargallo, en La segadora, donde apoya las texturas dérmicas y aporta una dulzura y una riqueza cromática recuperadas tras el cubismo.

Joan Miró (1893-1983) “Figura” 1934, The renewal of Pastel, ©photo by Bogra art studio, 2019

De manera desprejuiciada, también Joan Miró recurre al pastel: décadas después de la juvenil Bosque de Bellver, regresa al medio en el capítulo fundamental de las pinturas salvajes de 1934 , contraimagen de los retratos elegantes al pastel del siglo anterior.

Roberto Matta (1911-2002) “L`Opresavio y L´Opresente”, 1986, photo ©Bogra art studio, 2019

Mientras que compañeros de filas, como Roberto Matta o André Masson, recuerdan que el surrealismo encontró en el pastel uno de los modos de traspasar a la pintura la relación entre mano y lápiz propia de la escritura automática.

Marie Blanchard (1881-1932) “La Bretonne”, 1928, photo by ©Bogra art studio, 2019

Amédée Ozenfant (1886-1966) “Naturaleza Muerta en Óvalo”, 1925, photo ©Bogra art studio, 2019

Amédée Ozenfant (1886-1966) “Naturaleza muerta”, 1925, photo ©Bogra art studio, 2019

Un vínculo que tiene su acento final en Hans Hartung, que reactiva el pastel como pintura donde la grafía personal, ensayada previamente, revierte la idea de automatismo mediante un ejercicio ritual de repetición. Hartung ejemplifica así cómo los artistas del siglo XX tocaron el color con gestos de la mano iconoclastas y múltiples hasta conseguir expandir las fronteras del pastel, liberado ya de prejuicios, emancipando de su propia historia.

George Hendrik Breitner, “Dos Criadas de Amsterdam”, 1892, photo by ©Bogra , 2019